José de Arimatea, tío de Jesús de Nazaret y propietario del sepulcro donde el cuerpo de su sobrino permaneció por 3 días después de la crucifixión, condujo - tras el acontecimiento de la resurrección - a algunos destacados personajes de los evangélicos al sur de la actual Francia. Entre otros viajeros y según nos cuenta la tradición, fueron Maria Marta, Maria Sara y Maria Magdalena las que serían desembarcadas en Santas Marías del Mar, puerto cercano a Marsella, localidad que, tomará desde entonces este nombre.

Entrados nuestros días es donde se especulará en que copa y sangre de Cristo - el Santo Grial – serán el simbolismo de la Sangre Real del “Rey de los judíos”, esto es, la mismísima descendencia del maestro. Esta última hipótesis es la descrita por los historiadores H.Lincoln, M.Baigent y R.Leigh en “El enigma sagrado” y posteriormente novelado por Dan Brown en “El código Da Vinci”. Los hechos por ellos investigados basan su estudio en el hallazgo inverosímil de un sacerdote - Bérenger Saunière - en el enigmático Rennes le Chateau, cerca de Quillan en el Pirineo Francés (Occitania) a unos 30 minutos de Montsegur.
